martes, 29 de junio de 2010

Un barrio venezolano lleva el socialismo más lejos que Chávez

Mientras el presidente Hugo Chávez intenta resucitar el devaluado bolívar, en un barrio obrero a pocos metros de su palacio hablan ya de eliminar la moneda venezolana.

Bienvenido al 23 de Enero, una especie de territorio independiente de unos 100.000 habitantes y laboratorio del experimento socialista de Chávez. Aquí uno encuentra perros que se llaman "Camarada Mao" y existe hasta un "lavadero de carros revolucionario".

"Estamos empezando a adquirir recursos para crear un banco comunal. Vamos a emitir moneda, un cartoncito intercambiable. Lo tenemos todo en la cabeza", explicó Salvador Rooselt, un estudiante de derecho de 24 años y líder comunitario que salpica sus palabras con citas de Vladimir Lenin y Karl Marx. [Leer más.]

Marx y la alineacion

La herencia de Marx es hegeliana. Va a tomar de Hegel la dialéctica y va a desechar el idealismo. Lo que Hegel introduce de novedoso es considerar que la historia no es un caos, que tiene un sentido racional, y ve en la historia una manifestación de Dios en el mundo humano que va evolucionando y que es, al mismo tiempo, la forma en que Dios se conoce a sí mismo a través de los hombres. El desarrollo histórico sería básicamente cultural, se daría en el arte, en la religión y en la filosofía, y la estructura económica sería un mero sostén de este desarrollo. Además para Hegel el hombre es un ser libre y esa libertad se exterioriza en la forma de propiedad privada.


Marx va a decir que el sistema de Hegel es completo desde el punto de vista teórico. Hegel pretende haber resuelto todas las contradicciones de la realidad, e incluso de la realidad social. Hegel pensaba que la historia había llegado a su fin, pero Marx sostiene que esto no es así, porque el hombre es un ser histórico, porque si la historia ya hubiera acabado no habría hombres. Además hay un elemento de la realidad que se contradice con las afirmaciones de Hegel, ese elemento es el proletariado, porque el proletariado no tiene propiedad privada, o sea que para Hegel sus integrantes son hombres que no son hombres, puesto que la propiedad es la forma exterior de la libertad. Además, el proletariado no tiene acceso a la cultura, que es para Hegel lo característico del espíritu humano. Frente a Hegel, Marx propone analizar al hombre de carne y hueso, al hombre concreto en sus relaciones con los otros hombres y con la naturaleza.
Marx va a decir que la esencia del hombre es el trabajo, entendiendo el trabajo como la capacidad que tiene el hombre de producirse a sí mismo. A diferencia de los animales, que se adaptan al medio, el hombre modifica el medio adaptándolo a sus intereses, pero al hacer esto modifica sus condiciones de vida, con lo cual se modifica él mismo. El hombre, dice Marx, crea las condiciones de su propia vida. Además el trabajo humano se diferencia del animal en que es un trabajo libre, o sea entre la necesidad y su satisfacción el hombre interpone la idea, un proyecto cuya realización se vuelve más importante para él que la satisfacción de la necesidad.
El trabajo, dice Marx, es una objetivación, es realizar en el mundo objetivo la propia idea y de esa forma verse reflejado en la realidad, lo cual es una manera de humanizar la naturaleza. Para Marx el hombre es un animal genérico, lo cual significa tres cosas:
a) La idea que se hace de aquello que va a producir, es una idea general que agrupa a varios objetos en un mismo género, por ejemplo: mesa, silla, etc.
b) El hombre trabaja junto con otros hombres, la división del trabajo hace que este sea colectivo.
c) Lo que el hombre produce lo hace para toda la humanidad, a diferencia del animal que trabaja sólo para él y sus crías.

Cuando el trabajo deja de ser un fin en sí mismo y se convierte en un medio para satisfacer necesidades, eso que es la esencia del hombre es sentida como algo ajeno, impuesto por la necesidad, y en vez de trabajo libre se vuelve trabajo alienado.

Conceptos básicos

Marx habla de formas básicas y derivadas de alienación. Las formas básicas son tres:


a) Alienación con respecto a la actividad, que consiste en que el hombre toma como propia la esencia de los animales, que es la satisfacción de las necesidades vitales: dormir, comer, reproducirse, y considera ajena las actividad que es propia del hombre: el trabajo. Como el trabajo se le impone como algo forzado, obligado por la necesidad, si se le permitiera no trabajar no lo haría. El hombre se considera realmente humano en el tiempo libre, cuando realiza actividades animales.
b) La alineación con respecto al objeto: al enajenarse, el trabajo se vuelve ajeno, se toma como algo impuesto. El producto del trabajo, en el cual el obrero plasma todo su ser (habilidades y conocimientos) no le pertenece, porque su dueño es el que posee los medios de producción, o sea el capitalista, el burgués. Entonces ese producto se le vuelve ajeno y hasta hostil, y cuanto más elaborado es el producto más se deteriora el trabajador, como si el producto de su trabajo absorbiera su ser y ese ser terminara perteneciéndole a otro, o sea que al volvérsele ajeno el producto de su trabajo, es el obrero el que se vuelve ajeno a sí mismo.
c) El verdadero actor social no es el individuo sino la clase. Si bien en el sistema capitalista el trabajador es libre, en realidad el trabajo que puede hacer depende de la clase social a la que pertenece.


Formas derivadas de la alienación: Marx dice que como la sociedad está sostenida sobre la base del trabajo, al alienarse el trabajo se alienan todos los aspectos de la vida humana, y habla de cuatro aspectos de esta alienación:
a. La alienación social
b. La alienación política
c. La religiosa
d. La filosófica


a) La alineación social: Las relaciones entre los hombres se convierten en relaciones entre cosas, y esas cosas son las mercancías. El hombre vale en tanto productor, comprador o vendedor de mercancías, o sea en vez de ser la mercancía un mediador entre hombre y hombre, son los hombres los que median entre las mercancías. El hombre es usado por la mercancía (fetichismo de la mercancía), es como si la mercancía tuviese vida y valiera por sí misma independientemente del uso que se le da. Por ejemplo las joyas, que no son útiles, valen mucho más que la comida.
b) Se da una separación entre las esferas de lo público y lo privado, entre el interés individual y el interés colectivo, y el Estado, que debería mediar entre los dos intereses, presenta el interés de unos pocos como si fuera el interés de todos
c) La religión es una imagen invertida de una realidad invertida. El obrero, el trabajador, sabe que no puede alcanzar la felicidad en esta vida, entonces se imagina una vida futura en la que va a ser más feliz. Cuanto peor haya estado en esta vida mejor estará en la otra. La religión actúa como una especie de analgésico y por eso Marx la llama “el opio de los pobres”. Es una imagen invertida de la realidad porque presenta a la verdadera realidad como un sueño y al mundo imaginario del mas allá lo presenta como verdadera realidad
d) Alineación filosófica: Marx dice que los filósofos pueden agruparse en dos corrientes: materialistas e idealistas. Históricamente los materialistas se ocupaban de contemplar una realidad que se sentían incapaces de modificar. Los idealistas, en cambio, no intentaban modificarla, porque la consideraban una mera apariencia producida por la actividad del espíritu. Tanto unos como otros creían que se podían resolver los conflictos reales con solo pensar en ellos. Marx dice que para eliminar las contradicciones reales es necesaria una praxis, una acción revolucionaria.